domingo, 22 de mayo de 2011
un sentimiento que llevo dentro.
Aunque es verdad que la gente puede pensar que El Rocío es como una fiesta parecida a la feria o un momento que es para estar disfrutando o con los amigos, están equivocados: es cierto, se pasa bien, pero la verdad es que esto va más allá, a ver os lo explico: se vive especialmente el sentimiento o la devoción que se siente a la virgen del Rocío, es el hecho de que se te caigan las lágrimas cuando la Blanca Paloma sale de su ermita para ver a los rocieros que allí decidan estar, es ese nudo que se te queda en la garganta al saber que es lunes por la tarde y que el martes se inicia el camino de vuelta y es el último momento que estás junto a Ella, es ese cosquileo que te entra cuando sabes que vas a verla cara a cara y vas a poder cantarle, rezarle o simplemente estar unos minutos en su ermita, es la impotencia de saber que este año te quedas sin verla (esto último lo viví hace 3 años y no os podéis imaginar lo que yo pude llorar, y este año se va a repetir), es el despertarte todos los días y ver en tu mesita de noche esa medalla que te acompaña cada camino... Así podría seguir sin fin, pero es mucho, mucho más que una risa con tu compañero, lo queráis entender o no.
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